Los mensajes subliminales son uno de los elementos que más llaman la atención dentro de la publicidad. Un mensaje subliminal es un mensaje o señal diseñada para pasar por debajo (sub) de los límites (liminal) normales de percepción. La Ley General de Publicidad 34/1988, de 11 de noviembre determina que, será publicidad subliminal la que mediante técnicas de producción de estímulos de intensidades fronterizas con los umbrales de los sentidos o análogas, pueda actuar sobre el público destinatario sin ser conscientemente percibida.

Ahora que ya tenemos claro en qué consiste este tipo de publicidad nos ha parecido interesante preguntarnos el efecto que tiene en el espectador a nivel neuronal. Pero antes de empezar con esta explicación tenemos que tener en cuenta que este tipo de publicidad no ejerce un “poder hipnótico” sobre los consumidores.

Para que un estímulo subliminal sea efectivo, debe ser congruente con necesidades reales y aspiraciones actuales.

Esos estímulos pueden ser imperceptibles porque están escondidos dentro de otra imagen o porque se presentan en la pantalla tan brevemente que no somos conscientes de que lo vimos. Normalmente la mayoría de las personas no serán conscientes de que su cerebro percibió un estímulo al que fue expuesto durante 0.003 segundos, tiempo en el que se muestra este tipo de mensajes subliminales.

Veamos uno de estos experimentos aplicado directamente al consumo de productos. Una investigación demostró que cuando a los participantes que estaban experimentando sed, se les presentaban palabras relacionadas con agua en mensajes ocultos, tendían a beber más que aquellos que no fueron expuestos a dichos estímulos. En este estudio, los participantes no eran conscientes del estímulo, mucho menos eran conscientes de la influencia que el estímulo estaba teniendo sobre ellos. Otra investigación demostró que cuando los sujetos son conscientes de los estímulos, estos influyen en conductas de las que los participantes no son conscientes.

En otras palabras, seamos conscientes o no de estímulos publicitarios, nuestra conducta puede ser influenciada en favor de cierta marca.

Ahora veamos esto en una situación supuestamente real.

Siempre se ha dicho que cuando se empezaron a aplicar restricciones a la publicidad de las marcas de tabaco, estas comenzaron a incluir mensajes subliminales. No sabemos si esto es así o no, pero os pondremos un ejemplo para que juzguéis vosotros mismos. 😉

La compañía tabaquera Marlboro fue patrocinadora de la escudería Ferrari en Fórmula 1 desde el año 1993. Se vió afectada por las restricciones publicitarias de este deporte impuestas por la Unión Europea en 2005 con las que se prohibió la publicidad de tabaco. El nombre y la presencia de Marlboro desaparecieron, sin embargo, el equipo italiano introdujo iconos de asociación con la marca, como ese famoso código de barras que fue prohibido radicalmente por la Unión en vísperas del Gran Premio de España de 2010. A gran velocidad se veía como una imagen borrosa de su reconocido logo. Esta acción recibió numerosas críticas de la prensa que la tacharon de publicidad subliminal.