El reciente fallecimiento de Quino ha vuelto a poner en portadas a su personaje más conocido, Mafalda. Y es que esta niña argentina marcó a una generación y su influencia que ha llegado hasta día de hoy. Mafalda nació en 1960 como encargo de una agencia de publicidad, iba a ser el personaje de una campaña de electrodomésticos, pero se iba a llamar Mansfield. Finalmente, la campaña no siguió adelante y el dibujante se quedó con doce tiras cómicas que ya había hecho, cambiando el nombre a su protagonista por el de Mafalda que vio la luz por primera vez en 1964 en el semanario argentino Primera Plana.

Advertía Mafalda a su amigo Felipe. En una época de ascenso del autoritarismo, Mafalda, su familia y amigos debatían sobre la situación política de Argentina y el mundo, reivindicaciones sociales como el feminismo, la educación y sobre las manías de los argentinos. Este personaje enseñaba sobre moralidad, ética y valores desde la expresión artística. El hecho de que fuese una niña la que mostraba una visión tan crítica del mundo lo hacía menos duro que si se hacía desde un personaje adulto, de esta manera consiguió saltar la censura en un mundo que reivindicaba más libertad.

El por qué de la notoriedad de Mafalda a lo largo de las generaciones es su manera de tratar un mensaje tan universal.

Se planteaba cuestiones retóricas sobre el comportamiento humano tratando verdades duras desde un punto inocente como es el de una tira cómica, y a pesar de no ver tiras nuevas desde 1973, su inconformismo y su irónica manera de ver el mundo marcaron una generación, las siguientes y las de hoy. Estas tiras se han tomado como referencia durante décadas, siendo el reflejo de reivindicaciones sociales como la igualdad, la ecología y la corrupción política, temas que se han convertido en atemporales porque a pesar de que la sociedad ha cambiado no lo ha hecho tanto en estos aspectos. Aunque actualmente el personaje no está tan presente, su discurso es el que define a la sociedad actual.

Las adaptaciones de estas viñetas han llegado hasta hoy gracias a un discurso reivindicativo que pasa de generación en generación, como el tema de la igualdad muy vigente en las reivindicaciones sociales actuales. Un discurso realmente transgresor en el siglo XX pero acorde al actual hizo que no envejeciera en 50 años. Rompió los estereotipos por ser una niña que criticaba de manera ingenua los roles de género. Reivindicaba el papel de la mujer como persona individual y no como el rol que le había impuesto la sociedad.

Quino siempre se declaró defensor de los derechos, de la igualdad de género y de la democracia. En más de una ocasión mostró su desacuerdo cuando utilizaron el personaje en campañas que iban en contra de sus valores.

En España en 1985 comenzaron a vender pegatinas de Guille, hermano de Mafalda, con el escudo franquista, ante lo que el dibujante se manifestó en contra. Al igual que ocurrió hace cuatro años cuando Mafalda fue utilizada en una campaña contra el aborto legal en Argentina, el dibujante manifestó su posición contraria y solicitó la retirada de Mafalda de esa campaña.

Un dibujo que se ha convertido en un símbolo de reivindicación durante años, fue y es un símbolo de libertad y respeto desde el humor.